UTU - Universidad del Trabajo del Uruguay

Características

MISIÓN: El Consejo de Educación Técnico Profesional (Universidad del Trabajo del Uruguay), de acuerdo con las potestades conferidas por la Ley de Educación N° 15.739, es responsable desde el Estado, de la Educación Técnica y Profesional de nivel medio y terciario. Tiene como cometido ofrecer una educación científico-técnico-tecnológica profesional pertinente, de calidad, en concordancia con los lineamientos estratégicos nacionales en lo social y productivo. Desde esta perspectiva, la Universidad del Trabajo del Uruguay, se abocará a desarrollar políticas educativas diferenciadas e innovadoras, con propuestas formativas que atiendan todas las dimensiones del Ser Humano. Que posibilite a jóvenes y adultos, la participación democrática como ser social y su inserción real en la producción, las artes y los servicios, con el conocimiento no sólo como valor agregado, sino como elemento esencial para integrarse crítica y constructivamente al mundo del trabajo. En este sentido le compete asesorar, orientar, promocionar, viabilizar, fortalecer y ejecutar acciones para dar respuesta e impulsar demandas sociales y productivas del medio o sector donde se encuentran insertos los diferentes Centros Educativos. VISIÓN: Una Institución de Educación Técnica-Tecnológica y Profesional con: Propuestas educativas de nivel medio y terciario pertinentes y de calidad, en sus distintas modalidades y orientaciones, proyectadas mediante un trabajo planificado, de carácter pro-activo, estratégico y flexible, a partir de los más amplios espacios de diálogo con la sociedad y los actores del mundo del trabajo. Una institución en la que el trabajo es concebido: como una figura generadora de valores sociales; como generador de prosperidad, pero también generador de confianza, seguridad, solidaridad; y como uno de los principales ámbitos de la creatividad humana. Propuestas educativas que atiendan las expectativas de formación e intereses de los jóvenes y adultos uruguayos. Centros educativos visualizados por la comunidad como espacios de socialización, como referentes académicos y nexo con el mundo productivo, integrando así perspectivas que no siempre se vinculan. Generación de espacios de innovación dirigidos a potenciar la indagación, creación y desarrollo de proyectos compartidos con distintos actores de los ámbitos de educación, investigación y producción. Currículos contextualizados, que hagan posible el tránsito vertical entre los distintos niveles, asegurando la continuidad educativa, y horizontal en la orientación elegida, posibilitando además la navegabilidad entre diferentes modalidades de educación media y terciaria. Propuestas de formación orientadas a la educación permanente de sus egresados, trabajadores y emprendimientos productivos de modo de permitir la constante actualización técnica y tecnológica propia de la dinámica del mundo actual. SÍNTESIS HISTÓRICA DE LA UTU ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y CREACIÓN DE LA ESCUELA DE ARTES Y OFICIOS En el Uruguay debemos remontarnos al período colonial español para hallar antecedentes de la enseñanza de artes y oficios. Los colonialistas que despreciaban los trabajos manuales considerándolos inferiores, encontraron en los religiosos enviados por España, los "maestros" para adiestrar a los indígenas, quienes una vez convertidos al cristianismo debían realizar tareas rurales, de construcción, artísticas y todas aquellas que requieran esfuerzo físico. En las pocas obras edilicias del período colonial que quedan en pie está presente la mano del indio y aún hoy se pueden disfrutar valiosos ejemplos de arte sacro en iglesias y capillas de nuestro territorio, hechos por los nativos de la Banda Oriental o de la región. Por su parte los negros esclavos sólo cumplían tareas domésticas, no participando en ninguna otra función. Simultáneamente un reducido grupo nucleado principalmente en Montevideo, formado por españoles, extranjeros y criollos desarrollaban actividades comerciales, artesanales y de taller, contando con aprendices que tenían como escuela los conocimientos prácticos que les aportaban sus patrones. El Gral. José Artigas defenderá a sangre y fuego la educación integral del Pueblo Oriental. Obsérvese lo que escribe en 1813: "... fomentar y levantar los Seminarios para las Ciencias, Artes, aulas de Gramática, Filosofía, Matemáticas y Lenguas; fomentar las sociedades públicas, instrucciones para la promoción de la Agricultura, Comercio, Oficios, Manufacturas e Historia Natural del país, y todo efecto social y sentimientos generosos que acrediten las virtudes de un Pueblo bien civilizado entre las Naciones Cultas ("Las Primeras Fórmulas Constitucionales en los Países del Plata" 1810 - 1813 Ariosto D. González. Lograda la Independencia y luego de instaurado el Estado Oriental pasarían muchísimos años (a pesar de algunos intentos en vano) para que se inicie una escuela con el noble fin de enseñar artes y oficios, siendo la razón fundamental de la demora la gran inestabilidad política que sufrió nuestra República durante casi todo el siglo XIX. En el último cuarto de siglo mencionado se produjeron cambios trascendentes en las estructuras económicas, sociales y culturales, a causa del gobierno del Coronel Lorenzo Latorre (1876-1880), quién inició un proceso de modernización, en base a una gran austeridad en lo que respecta a los gastos del Estado y a una firme disposición para lograr la paz interna y el orden administrativo en toda la República, objetivos que resultaban indispensables para que el Uruguay, país empobrecido y marginado del centro de poder económico, obtuviese la confianza de quién en aquella época lo detentaba: Gran Bretaña, haciéndose necesario colocar nuestras materias primas para así recibir capitales y bienes manufacturados. Dentro de este marco general nace la Escuela de Artes y Oficios en los talleres de la Maestranza del Parque Nacional (o "Parque Viejo") de la ciudad de Mayor José Sosa, sin mediar un acto administrativo fundacional. El Parque Viejo estaba ubicado en un amplio terreno delimitado por la calle "del Carmen" (actual Víctor Haedo), un camino angosto al que los vecinos llamaban de los "33", que actualmente corresponde a la calle República y llegaba casi hasta el "Camino de la Unión" (actual Avenida 18 de Julio). El parque utilizaba unas modestas instalaciones del antiguo "Cuartel de Morales", allí funcionaban oficinas administrativas y talleres de Maestranza. Un informe del Sargento Mayor José Sosa dirigido a su superior, el Coronel Ventura Torrens aclara totalmente los comienzos de la Escuela, dice así: "Montevideo, diciembre 10 de 1878. Señor Coronel Ventura Torrens, Jefe del Estado Mayor del Ejército. MEJORAS REALIZADAS. Durante el corriente año, se han concluido de establecer, el Taller de Fundición de Bronce, que era de suma necesidad para fundir infinidad de piezas pequeñas de bronce que se necesitan para los correajes de tropa de línea. En el Taller de Carpintería, se ha colocado una sierra firme para aserrar madera, hecha en esta repartición, que además de la economía de brazos abrevia mucho trabajo. También se ha establecido, durante el corriente año, una "ESCUELA DE ARTES Y OFICIOS", para menores que recoge la policía por las calles por delitos de robo, vagos y otros que no pudiéndolos sujetar las madres entregan a la policía a fin de que sean corregidos, y que han sido enviados a esta "Maestranza". A dichos menores, se les enseña lectura, escritura, aritmética y música a todos los que tienen vocación para ello y además, los Oficios de herrero, carpintero, talabartero y zapatero." Archivo General del Capitán de Navío Carlos A. Olivieri. "La Escuela de Artes y Oficios convertida en astillero naval 1881 - 1887. 1878 - 1916 Los resultados educativo - correccionales alcanzados por la Escuela de Artes y Oficios en las precarias instalaciones de los Talleres de la Maestranza del "Parque Viejo" fueron sumamente auspiciosos, por lo que en 1880 se la trasladó a un cómodo establecimiento ubicado en 18 de Julio esquina Caiguá (actual Eduardo Acevedo), intentando consolidarla y ampliarla. Ya retirado del poder su "fundador" el Coronel Latorre, es a partir de aquel año y bajo la dirección del entonces Capitán Juan Tomás Bélinzon que la Escuela vive una etapa de apogeo que se prolongará hasta 1887. Dicho apogeo se produce como consecuencia del apoyo sostenido e incondicional que le prestó Máximo Santos a la Institución tanto desde su cargo de Ministro de Guerra del Gobierno de Francisco A. Vidal, como desde la Presidencia de la República. La agilidad administrativa, la rigurosa selección de los maestros, muchos de ellos traídos de Europa, los alumnos que seguían siendo pupilos y solo varones, pero ahora "normales", el orden y la disciplina de tipo militar, apuntalaban la gestión escolar y al mismo tiempo que se abrían nuevos talleres y cursos teóricos, crecía el número de alumnos, de los 178 que cursaban en 1879, se pasó a 360 en 1880 y ya en 1885 se llegó a los 460. El 18 de noviembre de 1886 renuncia el Presidente, General Santos y el 29 de diciembre el Coronel Bélinzon cesa en sus funciones de Director de la Escuela de Artes y Oficios (y Parque Nacional). Comienza aquí una larga etapa de decadencia que dejará a la Institución al borde de la desaparición en los primeros años del Siglo XX. En 1887 la Escuela deja de pertenecer al Ministerio de Guerra y Marina, en cuya órbita se encontraba desde su origen y pasa a depender del Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública. El 26 de abril se le agrega la palabra "Nacional" a su nombre, que desde entonces y hasta 1916 será: ESCUELA NACIONAL DE ARTES Y OFICIOS" (salvo un breve lapso en 1913 en el que se llamó "Escuela de Industrias"). En 1889, la Escuela pese a estar enfrentada a dificultades de todo tipo, se presenta con trabajos de los alumnos a la Exposición Internacional de París, realizada con motivo de la inauguración de la Torre Eiffel, logrando importantes éxitos. El mismo año la Institución queda bajo la égida de la Comisión Nacional de Caridad y Beneficencia Pública y en 1890 se produce su traslado al hermoso edificio de estilo renacentista de la zona sur de Montevideo (actual sede central del C.E.T.P.). En 1908 la Comisión Nacional de Caridad y Beneficencia Pública cesa la tutela sobre la ENAYO, la que pasa a ser una dependencia del Ministerio de Industrias, Trabajo e Instrucción Pública. En 1910 el Dr. Pedro Figari ingresa al Consejo Directivo de la Escuela, retirándose en el mes de noviembre a causa de serias discrepancias con el Director James Thomas Cadilhat. El 15/7/915 vuelve a ella pero esta vez como Director y en el corto lapso que actuó, (ya que renunció el 14/4/917) introdujo y promovió reformas sustanciales. Su postura filosófica con respecto a la unidad conceptual del arte y el trabajo lo llevó a emprendimientos quijotescos que no fueron comprendidos por sus contemporáneos, y con su renuncia, la enseñanza del Uruguay perdía para siempre a un gran visionario, a un individuo práctico, ejecutor y conocedor de la capacidad creadora de los orientales. Por efecto de la Ley de Enseñanza Industrial del 12/7/916, finalizaba el primer ciclo de la educación técnica en el país, quizás el más emotivo y cargado de audacia, para darle lugar al Consejo Superior de la Enseñanza Industrial. ENSEÑANZA INDUSTRIAL 1916 - 1942 En las primeras décadas del Siglo XX los sucesivos gobiernos del Uruguay se propusieron fortalecer un sector de la vida productiva nacional que hasta entonces prácticamente no existía: la industria. Para ello, entre tantas cosas se debía actualizar el sistema de enseñanza técnica, adaptándola a las exigencias de la época, tomando como punto de referencia a los países industrializados. Siendo la Escuela Nacional de Artes y Oficios a quien le competía dicha tarea educativa, se produjeron en ella importantes cambios a partir de la sanción de la Ley de Enseñanza Industrial, mediante la cual se creó el Consejo Superior de la Enseñanza Industrial. El primer Director de este Consejo es Dr. Pedro Figari que se desempeñará en carácter interino hasta 1917 (Figari había sido el último Director de la ENAYO). Trataremos el período de 26 años que van desde 1916 hasta 1942 que jurídicamente corresponden a dos etapas de la Escuela: Consejo Superior de la Enseñanza Industrial (1916 - 1934) y Dirección General de la Enseñanza Industrial (1934 - 1942) bajo la denominación generalizada de "Enseñanza Industrial" ya que se mantuvieron a lo largo de esos años, líneas políticas bien definidas en las orientaciones de la Institución. La "Enseñanza Industrial" es el primer eslabón del pensamiento y la acción de un pequeño gran hombre que desde fuera y dentro de la Escuela se convertiría en el más destacado educador del Uruguay en el Siglo XX: el Dr. José F. Arias. El presente sello fue emitido el 25 de mayo de 1971, en cantidad de 1.000.000 de ejemplares y fue dibujado por Ángel Medina Medina. Tiene además un segundo sello emitido con motivo del centenario de su nacimiento, emitido el 28 de abril de 1987, dibujado por María Carmen Mullins en cantidad de 150.000 ejemplares. Dos años de atraso en su emisión. El Dr. Arias fue oportunamente puesto al aire en nuestro "EL SELLO DE HOY". Nació el 24 de enero de 1885 y murió el 22 de abril de 1970. Se agradece la anterior información proporcionada a esta página por el Sr. Elías Casal Gari. casgari@adinet.com.uy Desde 1916 queda suprimido el sistema de internados (época de Figari) y en 1917 comienzan a dictarse excelentes cursos para la mujer. Se descentraliza la enseñanza a ritmo lento pero continuo, abriéndose escuelas industriales en los barrios de Montevideo y en las ciudades y pueblos del interior. Se instalan escuelas agrario-industriales que llegan a cubrir casi todos los rubros de la producción agropecuaria nacional, acompañados generalmente de procesos industriales que alcanzan productos finales altamente calificados, fomentándose también el cooperativismo, sobre todo en el área lechera. Se abren cursos nocturnos para obreros y aprendices no descuidándose la enseñanza de las artes, que quedan en manos de prestigiosos maestros. La Institución buscó afanosamente actuar en contacto directo con la industria y el agro, ampliando el número de representantes en el Consejo, que de acuerdo a una ley presentada en Cámara por el Dr. Arias y promulgada en 1919 quedó integrado por miembros delegados del gobierno, de Enseñanza Primaria y Normal, de la Facultad de Ingeniería, de Arquitectura, de Agronomía, delegados de los Industriales, del personal docente de la Institución, de la Dirección de Agronomía, de los profesionales egresados de la Escuelas Industriales y de los demás obreros. El Consejo Superior de la Enseñanza Industrial contaba con 4.708 alumnos en 1932 y al año siguiente con 5.917 distribuidos de la siguiente manera: escuelas del interior 2.356, escuelas de Montevideo 3.059, Cursos Nocturnos 422, Cursos de telefonistas 80. La Ley de abril de 1934 crea la Dirección General de la Enseñanza Industrial, al respecto escribe el Dr. Arias "...la Ley del 16 de Julio de 1916 que informé en Cámara, inició la organización de nuestra Enseñanza Industrial; la Ley del 5 de abril de 1934, que propuse posteriormente, concreta y actualiza esa organización"(Revista VOLUNTAD Nº 4 del mes de febrero de 1943, "Organizando una Nueva Enseñanza" Dr. José F. Arias Pág.. 74. La vastísima oferta educativa que ofrece la Dirección General de Enseñanza Industrial llega a todas las regiones de la República y las obras de ampliaciones de escuelas, construcciones de las mismas, adquisiciones de terrenos y campos que se efectúan entre 1934 y 1942 hacen realidad la extensión escolar que permitiría en septiembre de se efectúen de ese último año concretar un sueño largamente acariciado por el Dr. Arias: la fundación de una UNIVERSIDAD DEL TRABAJO. UNIVERSIDAD DEL TRABAJO DEL URUGUAY 1942 - 1985 Durante el gobierno del Gral. Alfredo Baldomir se crea la Universidad del Trabajo del Uruguay mediante un Decreto Ley del 9 de setiembre de 1942. Es la culminación de la heroica y constante lucha iniciada desde muchos años atrás por el Dr. José F. Arias, en procura de perfeccionar y prestigiar la enseñanza técnica, tan necesaria para el Uruguay y a la vez erradicar definitivamente el preconcepto aún dominante en nuestra sociedad de menospreciar a la "Escuela Industrial". Ya en 1925, el Dr. José F. Arias había presentado ante el Consejo de Educación Nacional de Administración un Proyecto de Ley de creación de la "Universidad del Trabajo", que no prosperó y repite la iniciativa en 1931, corriendo con la misma suerte. El 23 de diciembre de 1942 se reglamento el Decreto Ley del 9 de setiembre de 1942 y el 3 de febrero de 1943 se logra algo fundamental para la UTU: su autonomía. Esto le permitió actualizar y desarrollar las variadas enseñanzas a la velocidad que los nuevos tiempos exigían, sin trabas burocráticas y dedicar todos los esfuerzos en busca de estar siempre un paso adelante no sólo en los conocimientos técnico - científicos aplicables al agro y a la industria, sino también en la investigación, lo que convirtió a la Institución en el punto de referencia de productores rurales e industriales por casi un cuarto de siglo. Un importante patrimonio inmobiliario, escuelas y cursos diseminados a lo largo y ancho del país, heredó la UTU de su "antecesora" la Dirección General de la Enseñanza Industrial , y ya desde su inicio contó con : la Escuela de Mecánica y Electrotecnia, Escuela de Industrias de la Construcción, Escuela de Industrias Femeninas, Escuela de Artes Gráficas, Escuela de Industrias Navales, Escuela de Artes Plásticas, Escuela de Plástica Decorativa y una Sección "Comercio y Cálculo Mercantil" (en el edificio central). También se impartían en distintos locales "Cursos Complementarios Nocturnos para Obreros" y en el edificio central funcionaban, un Museo Tecnológico y un Laboratorio de Exámenes Médico Pedagógico. En el interior existían 16 escuelas agrario industriales y 3 en organización, 5 escuelas industriales, 5 escuelas especializadas y 6 de cursos de industria femeninas. En 1960 la UTU poseía un total de 66 escuelas además de talleres y cursos en formación, y en 1962 llegó a las 95. El número de alumnos aumentaba a ritmo acelerado por la calidad de la enseñanza y la apertura de nuevas clases prácticas y teóricas, en 1942 hubo 10.400 inscriptos, en 1946 era 12.588 y para 1962 llegaban a los 21.206. Progresivamente la "gran industria" nacional comenzó a imponer la división de trabajo, convirtiéndose el obrero que tanto esfuerzo le costaba al estado especializarlo, en alguien capaz de resolver por sí mismo aquello que convenía a una tarea específica, por ser dependiente. El Arquitecto Luis Nunes que accedió a la Dirección de la UTU en 1948 captó rápidamente este problema social e intentó solucionarlo elaborando nuevos planes, programas de estudio y apoyando decididamente a los egresados para que se transformasen en productores libres, instalando sus propios talleres y trabajando sus propias tierras. En 1959 se pone en práctica un "Período Exploratorio" de 17 meses tendiente a que los alumnos puedan descubrir sus reales aptitudes, por medio de la acción experimental, evitando así posteriores fracasos personales. En 1960 ingresa a la Dirección de la UTU el Ing. Luis Balparda Blengio, un hombre inteligente, luchador y vocacional, que impulsa fuertemente la enseñanza agrario industrial y comercial (cuyos egresados eran continuamente solicitados por el comercio y la industria). A raíz de los problemas sociales y políticos que sufre el Uruguay a partir de 1967 se produce un deterioro muy notorio en todos los niveles de la enseñanza nacional afectando duramente a la UTU, que inicia un proceso de desintegración y pronunciada caída de la calidad docente. En 1973 ocurre un golpe de estado y al año siguiente se instala en la Institución un Cuerpo Interventor. En 1985 se reinstaura el régimen democrático y asume un nuevo Consejo presidido por el Arq. José Amela en el ya constituido Consejo de Educación Técnico Profesional

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